jueves, 23 de julio de 2009

EL SOMBRERON




Al Sombrerón también se le conoce con otros nombres: el Tzipitio, el duende, y a veces c Tzizimite, pertenece al repertorio de las leyendas clásicas de Nueva Guatemala de La Asunción.


Las características generales son las mismas: un personaje de corta estatura, vestido de negro, con un cinturón grueso y brillante. Usa un sombrero negro grande y unas botas que hacen mucho ruido al caminar. Le gusta subirse a los caballos y hacerles trenzas en la cola y las crines. Cuando no hay caballos trenza a los perros. También le gusta enamorar a las jovencitas de pelo largo y ojos grandes. Cuando alguna le agrada la persigue, le trenza el pelo, le canta con su guitarra de plata. Pero también le echa tierra en el plato y no la deja comer, ni dormir.

El Sombrerón aparece a la hora del crepúsculo, arrastrando un patacho de mulas de carbonero, con las que recorre las ciudades y los barrios.

Cuando es correspondido por una mujer, amarra sus mulas al poste de la casa donde vive ésta, descuelga la guitarra y empieza a cantar y bailar.

Algunos vecinos comentan que por los barrios de la Recolección y de la Parroquia Vieja, aún se le ve pasar en las noches de luna llena.

Por el barrio de la Recolección vivía Susana, una muchacha, hija de la señora de la tienda. Era muy bonita, tenía pelo largo y unos grandes ojos de color avellana.

Una noche de luna llena, Susana estaba sentada admirando el cielo. De pronto se acercó un personaje de baja estatura, con un sombrero grande y una guitarra.

Al ver a la joven se quedó asombrado por su belleza. Le cantó una canción, pero en ese momento los padres de la joven lo descubrieron. Obligaron a entrar a su hija. Desde ese día ya no pudo dormir, pues el personaje se le aparecía en la casa o cantaba desde la calle.

Tampoco la dejaba comer, pues cuando le servían su comida, ésta aparecía como tierra.

Preocupados, los padres le cortaron el pelo la llevaron a la iglesia para q el padre le echara agua bendita y le rezara. Unos días después el duende dejó de molestarla.




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